El Rey vuelve a la vida

Reflexiones sobre la Pascua - Editorial Clie

Juan 20:1-23

Vivirá por largos días (Is 53:10) 

Para los mortales el milagro de la resurrección es increíble por naturaleza, por eso «no las creyeron». Esto ocurrió no tanto por su ignorancia como para nuestra no-ignorancia, si así puede decirse. La resurrección se dio a conocer a aquellos, por medio de pruebas incontestables, porque dudaban de ella. Pero cuando nosotros leemos todo esto, lo creemos con más firmeza, basados en la duda de aquellos. (BEP)

Cuando murió Jesús, la tierra tembló de pavor; cuando resucitó, la tierra que le había alojado en su seno, saltó de gozo por su exaltación. Era la señal de la victoria de Cristo y como si el sepulcro en trance de parto, no pudiera retenerlo y tuviera que darlo a luz (ésta es la idea implícita en Hch. 2:24). (BEMH)

Podía haber resucitado su cuerpo inmediatamente, pero hubiese quedado la duda de si había muerto en realidad, o si la muerte no se habría apoderado de Él en absoluto. Y si la resurrección se hubiera dilatado, hubiese quedado oculto el honor de la incorruptibilidad de su cuerpo. Quiso pasar un día en el sepulcro para probar que su cuerpo había muerto verdaderamente y al tercero probó la incorruptibilidad de su cuerpo. (BEP) ¿Cómo podían robar [el cuerpo] los discípulos, siendo así que eran pobres, ignorantes y que ni se atrevían a presentarse en público e inclusive viéndole vivo huyeron? ¿Cómo no hubiesen temido a tantos soldados después de muerto? ¿Acaso hubieran podido haber destruido la puerta del sepulcro? Esta era una piedra grande, necesitaba de muchas manos. ¿Y acaso no tenía también puesto un sello? ¿Y por qué no lo robaron en la primera noche cuando nadie guardaba el sepulcro? 

En el sábado fue cuando pidieron a Pilato la guardia. ¿Y qué querían decir después aquellos sudarios que Pedro vio caídos en el suelo? Por lo tanto, si hubiesen querido robarlo, no hubieran robado el cuerpo desnudo, no solo por no injuriarle, sino también por no tardar en la salida, dando lugar a que los soldados los detuviesen. Además, la mirra estaba adherida al cuerpo y a los vestidos y siendo tan pegajosa, no podrían fácilmente separarse los vestidos del cuerpo. Por lo tanto, no puede admitirse lo que dicen respecto del robo. Los que se empeñan en decir esto para oscurecer la resurrección, colaboran haciéndola brillar más. En efecto, cuando dicen que los discípulos lo han robado, confiesan que no está el cuerpo en el sepulcro. Manifiestan que es falso el robo tanto la guardia de los soldados, como el temor de los discípulos. (BEP)

Verán lo que nunca les fue contado (Is 52:15)

[El ángel] Apareció cubierto de una túnica blanca, porque nos anunciaba las alegrías de nuestra festividad, y porque la blancura de su vestido anunciaba el esplendor de nuestra solemnidad. (BEP)

Los guardias, aterrados, cayeron como muertos y el ángel no los levanta, sino que anima a las mujeres, como diciendo: «Teman aquellos que permanecen en la incredulidad. Pero vosotras, como buscáis a Jesucristo crucificado, oíd que ya resucitó, cumpliendo lo prometido». (BEP)

Removió la piedra, no para dejar salir al Señor, sino para dejar que las mujeres pudieran entrar y comprobar el hecho de la tumba vacía. (BEMH)

Mi siervo será engrandecido y exaltado (Is 52:15)

Este sepulcro nuevo es una figura mística de que la sepultura de Jesús es nuestra restauración sobre las ruinas de la muerte y de la corrupción. Observad la gran pobreza con que el Señor fue enterrado, pues el que en su vida no tuvo casa, en su muerte es enterrado en sepulcro ajeno, cubriendo José su desnudez… Ahora, pues, considera cuánto mortifica a Cristo el que es avaro con los pobres que padecen hambre. Sé tú, pues, también José y cubre la desnudez de Cristo, no una vez, sino con frecuencia, en el fondo de tu meditación. Cúbrela ungiéndole con la amargura de la mirra y aloe, considerando aquella sentencia que no puede ser más amarga:

«Id, malditos, al fuego eterno» (Mt 25:41). (BEP) Por sí sola la tumba vacía no es un testimonio directo e inequívoco de la resurrección de Jesús; pero en la palabra del ángel pasa a ser un testimonio elocuente: «Mirad el lugar donde le pusieron». Solo en conexión con las apariciones de Jesús muerto en cruz y resucitado, adquiere la tumba vacía su verdadero sentido y su valor de testimonio. (BEMPE)

Las mujeres reciben el encargo de llevar este mensaje. Esto era una recompensa al afecto con que le habían seguido junto a la cruz y, después, junto al sepulcro; al mismo tiempo, era un velado reproche a los discípulos que habían abandonado a su Maestro. Así como la mujer fue la primera en la transgresión, así estas mujeres fueron las primeras en creer en la redención que de la transgresión había sido llevada a cabo por la resurrección de Cristo. (BEMH) Como el amado llama a la amada y esta le responde, así describe Juan este encuentro; y así se comprende perfectamente que María sienta la necesidad de abrazar a Jesús. Tocar, abrazar es la forma humana de asegurarse de la realidad. »Suéltame: No me retengas» solo puede significar que la existencia del Resucitado no ha de comprobarse de esa manera mundana. El encuentro y contacto con Jesús resucitado se realiza en un terreno distinto, a saber: en la fe, por la palabra o «en espíritu». Realmente al resucitado no se le puede retener en este mundo. (BEMPE)

“El texto griego mé mou haptou, presente de imperativo en voz media en prohibición con el caso genitivo: «deja de aferrarte a mí» más bien que «no me toques». Jesús permitió que las mujeres abrazaran sus pies y lo adoraran como leemos en Mt. 28:9. La prohibición dada aquí recuerda a María que la anterior comunión personal mediante vista, sonido y tacto ya no existe, y que todavía no ha comenzado el estado final de gloria.

Jesús refrena la impaciencia impulsiva de María. (BEMH). María Magdalena, que en la ciudad había sido pecadora, lavó con lágrimas las manchas de su crimen, amando a la verdad. Y he aquí cumplida la voz de la verdad, que dice: «Perdonados le han sido sus muchos pecados, porque amó mucho» (Lc 7); pues la que había permanecido fría pecando, ardía después en amor. Y añade después, y es digno de considerarse cuánta era la fuerza del amor que la inflamaba, que aun cuando los discípulos del Señor se retiraban del sepulcro, ella persistía. (BEP) Quien ha percibido la buena nueva, se vuelve apóstol de la misma (Lc 2:18, 38). El temor y el espanto causado por lo inaudito no cierra a las mujeres la boca (Mc 16:8), sino que la alegría que lleva consigo el mensaje pascual, las impele a anunciarlo. Comienza el tiempo de la Iglesia misionera. (BEMPE) 

En este día se hace conmemoración de los acontecimientos pascuales. La celebración cristiana del domingo tiene sus raíces en los acontecimientos de la vida de Jesús.

La Iglesia entera (Hch 1:13ss) proclama el mensaje pascual; vive y actúa en virtud del hecho pascual, es Iglesia pascual. (BEMPE)

EL SEÑOR RESUCITÓ

El Señor resucitó, ¡Aleluya! 

El que a muerte se entregó, ¡Aleluya!

Muerte y tumba él venció, ¡Aleluya! 

El que así nos redimió, ¡Aleluya!

Con su fuerza y su virtud, ¡Aleluya! 

Hoy en gloria celestial, ¡Aleluya!

Cautivó la esclavitud. ¡Aleluya! 

Reina en vida triunfal. ¡Aleluya!

El que al polvo se humilló, ¡Aleluya!

 Cristo nuestro Salvador, ¡Aleluya!

Vencedor se levantó. ¡Aleluya! 

De la muerte vencedor, ¡Aleluya!

Y cantamos en verdad, ¡Aleluya! 

Pronto vamos sin cesar ¡Aleluya!

Su gloriosa majestad. ¡Aleluya! 

Tus loores a cantar. ¡Aleluya!

Charles Wesley


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Citas literarias extraídas de:

BEMH hace referencia a la Biblia de Estudio Matthew Henry

BEMPE hace referencia a Biblia de Estudio del Mensaje Profético y Escatológico

BEP hace referencia a Biblia de Estudio Patrística

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